El hombre más amado en Asia Oriental es coreano. Considerado el sex-symbol de la nueva generación asiática, el actor Kwon Sang-woo 권상우 protagonizó la exitosa telenovela “Escalera al cielo” (2003/04) que lo catapultó internacionalmente a la categoría de mom-zzang, o dicho en buen peruano, cuerazo. Su masculinidad ha logrado que por primera vez, dentro de los legionarios clubes de fans, japonesas, filipinas, chinas, taiwanesas, tailandesas, todo el resto del sudeste asiático, y ahora que la novela cruzó el Pacífico, latinoamericanas, lo declaren sin rubor “el hombre más deseado”. Ya en el 2005 figuró entre los 50 Asia Hunks, y en junio de 2006 fue elegido Most Beautiful Man.
Pero las mujeres no son las únicas que están a la caza.
También las poderosas mafias asiáticas que actúan entre bambalinas del showbiz, han puesto los ojos en la megaestrella coreana. Kwon de 31 años, acaba de ser doblemente extorsionado -en casos separados- por los mismos gángster de la vida real que en sus películas combate.
El primer golpe vino del mismo jefe del clan Sobangpa, una de las tres bandas criminales más poderosas del país en la década del 70. Kim Tae-chon (59 años), amenazó a Kwon de convertir su casa “en un mar de sangre”, y de ventilar “sus secretos”, a menos que cumpliera con sus requerimientos.
Este Padrino coreano, que ya ha pasado 10 años en prisión, exigió al actor que se reuniera con sus fans en Japón. Según especulaciones, se trataría de otro caso de “papás consentidores”. Para complacer a su hija adolescente, un alto jefe de la todopoderosa Yakuza -banda que controla el crimen japonés-, habría pedido a su colega coreano, que “convenciera” al súper modelo de asistir al evento en Tokio.
Fue así que Kim llamó a Kwon y lo chantajeó por teléfono. Pero el protagonista de “Escalera al Cielo”, grabó la llamada y la entregó como evidencia a la policía coreana. El jefe de la mafia ha dicho en su defensa que el actor recibió anticipadamente un costoso reloj a cambio de su promesa, pero después, se arrepintió.
El segundo golpe le fue propinado por su ex representante, Baek Chang-joo (28 años), presunto miembro del clan Haktongpa y que trabajó para el ídolo coreano entre el 2003 y 2005. Baek había amenazado a Kwon de revelar a los medios “detalles escandalosos de su vida íntima”, si no lo mantenía en su puesto como manager.
En su defensa, el airado representante mostró a la policía una carta de intención firmada por el artista, en noviembre de 2005. En ella, Kwon se comprometía a renovar el contrato de Baek, por dos años más, o compensarlo con US$ 1.7 millones de dólares.
“No me importa si voy a la cárcel, pero pueden imaginar, ¿qué sucedería con esta celebridad si cuento la verdad?”, dijo Baek a los periodistas y la sala quedó en silencio. Por ahora, permanece incomunicado hasta que se dicte sentencia.
Estos no han sido los únicos golpes bajos que recibió Kwon, maestro de las artes marciales y admirador de Bruce Lee. La fiscalía ha descubierto que su ex agencia nunca le canceló los US$ 2.5 millones de dólares que le debía, y encima lo extorsionó con “publicar su vida íntima” si no entregaba US$ 800 mil dólares. Kwon pagó.
Según los investigadores coreanos, existe una estrecha conexión entre el mundo del espectáculo y las mafias en el país. Desde el 2000, las organizaciones del crimen han recubierto sus actividades con un halo de legalidad, estableciendo o invirtiendo en compañías de entretenimiento. Y si bien, la fiscalía tiene en sus archivos varios expedientes que comprometen a gángster y estrellas, por lo general las víctimas no quieren cooperar porque temen que las mafias lancen represalias o peor aún, “destapen sus intimidades”.
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